miércoles, 15 de abril de 2009

CRÓNICA DEL DÍA 1 POR LA MAÑANA

Ha sonado el despertador a las 6:55. Me gusta poner el despertador un poco antes de la hora a la que me quiero levantar. La alarma suena cada 10 minutos y entre pitido y pitido me da tiempo hasta de soñar. Me encanta esa sensación de “aún me queda un ratico más”. Hoy era el día marcado, el día señalado, era mi primer día sin fumar. Así que cuando me ha sonado el despertador a las 6:55 mi primer pensamiento ha sido ¡¡¡¡¡ME FUMOOOOO!!!!!, ¿triste? Pozi, que le vamos a hacer, la verdad es que me he dado bastante pena a mí misma. Así que me tapado hasta las orejas y me he quedado en la cama una hora más, sin dormir ni na, compadeciéndome de mi misma e incapaz de enfrentarme a este día.
Por fin he reunido fuerzas para levantarme y he pensado “lo mejor sería desayunar y fumarme mi último cigarro después”, eso mismo dije a las 12 la noche anterior y eso mismo hubiera dicho después de lavarme los dientes, vamos que sabía perfectamente que si lo hacía no iba a ser el último así que he reunido valor, me he duchado y eso sí, me he ido a trabajar sin desayunar porque hubiera sido demasiado duro no fumarme el cigarrico de después. Parada del bus, en ese momento, un día normal, ya me habría fumado mi segundo cigarro mientras esperaba. Trayecto caminando hasta la puerta del trabajo, me habría fumado el tercer cigarro del día.

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